El origen del Papel Periódico se remonta a la última década del siglo xviii, cuando Colombia era todavía una colonia española y don Manuel del Socorro Rodríguez –nacido en Bayano, Cuba– fue comisionado por el virrey José de Ezpeleta para fundar el Papel Periódico de Santa Fe de Bogotá, precursor de los periódicos de nuestro país.
El primer número salió de la imprenta el 9 de febrero de 1791 y se publicó cada semana hasta 1797, cuando al señor Rodríguez le asignaron otros menesteres.
Casi 90 años más tarde, Alberto Urdaneta –un reconocido político y periodista– decidió desempolvar aquel nombre para bautizar otro periódico, anécdota que el propio Urdaneta recoge en el primer número de la nueva publicación, que nació el 6 de agosto de 1881, en el cumpleaños de Bogotá.
«En el trance, pues, de dar nombre a nuestro periódico, y después de consultar a discretos e indiscretos, y de recibir consejos de igual suerte, debimos pensar a quién podíamos plagiar para ser suficientemente originales. Borramos ochenta años de nuestra vida política, nos trasladamos a Santa Fe, y contando con que el público lo atribuirá más bien a malicia por no comprometernos, que a tontería, por falta de nombres donosos o elegantes, resolvimos adoptar y recoger uno que debe ser querido a nuestros lectores, y hemos bautizado esta publicación con el humilde que dió el célebre Rodríguez al primer periódico del país», escribía Urdaneta en aquel editorial. Más adelante daba otros detalles de su proyecto. «Ardua será la tarea que nos espera para llevar a cabo el plan que nos hemos propuesto, y si consideráramos las dificultades ya vencidas y las precauciones tomadas, mirando hacia atrás y hacia adelante las que por vencer tenemos, nos retiraríamos prudentemente sin librar el combate».
Sin embargo, y a pesar de tener conciencia de las dificultades que le esperaban, el maestro Urdaneta –quien además era un excelso caricaturista– no sólo siguió adelante, sino que incluyó en sus páginas novedosas imágenes de personajes y escenas de la vida de la época, en impecables grabados en madera, elaborados por Antonio Rodríguez y otros artistas, gracias a los cuales el periódico terminó llamándose Papel Periódico Ilustrado y contó con la colaboración de otros dibujantes extraordinarios, como Alfredo Greñas, Jorge Crane, Julio Flórez (sí, el poeta, que también fue un talentoso grabador) y Ricardo Moros Urbina.
Tras la muerte de Urdaneta, a finales de 1887, el periódico apenas logró sobrevivir hasta mayo de 1888, pero dejó una impronta en la prensa nacional, gracias a la altísima calidad de sus escritos e ilustraciones.